martes, 11 de diciembre de 2007

Opinión

En una continua búsqueda del mejoramiento social ante los nuevos tiempos, investigadores y expertos se enfrascan en una lucha intelectual que pretende desentrañar las contradicciones y errores del sitema capitalista del neoliberalismo sin poder esclarecer a ciencia cierta en qué consisten tales yerros de esa base, la cual constituye los cimientos de la pirámide político- económica de la sociedad actual.
Los llamados " líderes de opinión ", especialistas y expertos muchas veces expresan los resultados de sus investigaciones de una manera poco entendible al gran número de personas a los que se supone debe estar dirigida dicha información. Sin tomar en cuenta los bajos niveles de escolaridad de la población los intelectuales han caído en el atolladero del absurdo, pretendiendo dar a conocer al pueblo ideologías que muchas veces no están sustentadas en la realidad social o tergiversando teorías, descontextualizándolas y desdeñándolas, haciéndolas pasar por pensamientos retrógradas y decimonónicas: tal es el caso del socialismo científico.
Ante una situación como la actual valdría la pena preguntarse qué sentido tiene que los investigadores hagan gala de todo el despliegue de sabiduría y sofisticación si la gente no está captando la sustancia de los reusltados del estudio que tienen ante sí.
Las publicaciones de alto nivel crítico no dejan de pecar de esta inconsistencia en la transmisión del conocimiento, pues ni siqueira a veces en publicaciones llamadas de izquierda o de crítica, podemos encontrar información accesible a las mayorías que carecen de recursos educativos para entender cierto tipo informaciones que sin una preparación previa será imposible asimilar.
El periodismo tiene que cambiar la manera tan abigarrada que tiene, en ocasiones, de presentar una situación de vital importancia para el país, como por ejemplo, hace algunos meses el tema de la " reforma hacendaria " o la llamada " reforma del estado ", haciéndola digerible a la gente, para que de ese modo se pueda despertar la conciencia que el mexicano necesita, respecto al conocimiento de su contexto social, económico y político, en el que pueda germinar la semilla de la crítica y la reflexión ante el mundo tal cual es.

Esa es una de las muchas tareas que los universitarios tenemos la obligación de llevar a buen término.