Un sombrío rincón en alguna infame taberna de la Ciudad sirve de refugio al espectador de mundos; cinco tarros de cerveza lo han transportado a remotos tiempos que fueran inconcebibles en su amarga sobriedad; tiempos y lugares en donde habitan las mujeres que ha amado, los amigos con los que ha jugado y los recintos habitados en las tardes sin fin que fenecen mientras el reloj continúa su ritmo perenne, un paraíso nostálgico alimenta a su corazón, que de nuevo vuelve a suspirar.
Hoy es un nuevo Despertar
Hoy es un nuevo Despertar
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