sábado, 7 de abril de 2007

Delirio y heridas

15 septiembre

Delirio y heridas

El papel que jugamos en la vida, que siempre trata de avasallarnos con todos los obstáculos a que nos enfrentamos, puede volvernos insensibles, indiferentes o bien, todo lo contrario, personas preocupadas por nuestros semejantes, tratando de dar lo mejor de nosotros para contribuir a mejorar la situación en esta vida. Son muchas las cosas que día a día pasan por nuestras mentes, pero a veces hay cierto tipo de personas a quienes toda esa gama de experiencias no les interesan, como aquellos que reniegan de sus emociones. Yo les preguntaría qué más se puede hacer en esta vida, si no es dar amor. La gente se olvida de eso, o tienen una falsa concepción de lo qué es, o simplemente no lo conocen, ¿ por qué ? porque en la vida tienes que trabajar, tienes que someterte a lo que digan otras personas, a lo que te imponga esa gente que frustrada a causa de la problemática diaria, fatigosa carga que hace que se olviden de otras cosas, como por ejemplo, amar, pero ellos son producto de problemas te toda índole, y no puedo juzgarlos, la vida nos juega diferente a cada persona, en todo caso ellos no tienen la culpa, la vida es así, pero eso no les da derecho a amargarte la existencia, y se tiene que luchar contra eso, no te dejan vivir, a pesar de lo difícil que son los problemas en el interior de uno mismo, tienes que lidiar con las descargas enfermizas de las personas a las que por cuestiones académicas, laborales o reverénciales, debes subyugarte y adaptarte, pero muchas veces te enfrentas a la irracionalidad ya que subconscientemente están resentidos y quieren volverte como ellos o simplemente hacerte sufrir, lo que resulta una tortura cuando eres una persona que tiene sentimientos, que cree en el cariño, el amor, y que la vida es tan efímera como para estar perdiendo el tiempo en memorizarte los artículos de un código mercantil. Esto no es un pensamiento normal, es un reclamo desesperado y colérico , un delirio, un grito con todo el coraje que emana de un corazón que está siendo envenenado, consumido y que día a día tiene que luchar contra eso, él mismo tiene que buscar el antídoto, la manera de sobrevivir y de no corromperse y asfixiarse al respirar la fetidez que despiden muchas almas putrefactas, de este mundo, en el cual cada día se hace más difícil la estadía, pero para eso busco siempre auto ayudarme, para así, proseguir con mi pelea cotidiana, pero sé que en el camino caeré muchas veces, que seré presa del pasado, y que saldré lastimado. Ahora sé que así será mi vida, un eterno batallar, sin cesar, escribo esto con mis sentimientos desgarrados, en un acto de impotencia, porque yo no puedo solo, y las lágrimas empiezan a salir de mis ojos, lágrimas de tristeza, ira, impotencia.

Alguna vez leí de una autora que en estos momentos no puedo recordar su nombre, que deberíamos escoger a un ser de entre tantos en el mundo, y amarlo, locamente, y en pocas palabras ella resumió lo que para mi significa la vida. Sin ese sentimiento no somos nada, nadie es nada, y cuando vas por la calle o en el trabajo y en el salón de clases, a alguna persona de esas que dice que el amor no existe, no me queda nada más que compadecerme de ellos, porque quien dice eso, es alguien que no tiene la capacidad para hacer nacer ese sentimiento, para cultivarlo y cuidarlo. Desgraciadamente son muchos los que piensan así y otros más se parecen a ellos. Este tipo de mentalidad se contrapone con lo que yo creo, y así, los pobres hombres que conciben una vida así, suplen esa oquedad de ese aspecto de su vida, lo rellenan con actitudes obstaculizadoras para aquel que apenas en su camino puede descubrir la maravilla o la decepción en la vida, ese tipo de mentalidad es una luz cegadora de elementos vitales en los seres humanos, y mientras la sociedad está en una degradación terrible.
No me siento a salvo, me pesa mucho ser un tipo tan sentimental y algunas veces tener que ocultarlo porque el rigor de las cosas hace que tengas que ocultar tu verdadera forma.
Quiero salvar el amor que le tengo a una persona muy especial, aunque llegue a tener errores y por momentos mi vista se nuble y la esperanza desaparezca, siempre permaneceré en pie.

Los demonios se engendran en el exterior, pero siempre buscarán habitar en nuestros corazones, y ahí libraremos una batalla por tratar de evitarlo, estaremos siempre al borde de un vacío de fría negrura. Tenemos que arriesgar y no caer en el abismo, en el tiempo que nos quede de vida. . .

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