08 de Enero, 2007
Emociones
Hace días que no escribía nada para mi espacio, y ahora, el sentimiento que me mueve es particularmente negativo.Negativo en el sentido que desde hace varios días unos rostros de depresión y pesimismo envuelven el entorno en el que me aislo, de tal manera que ese apartamiento general, resulta a su vez en un tipo de reclusión mucho más opresiva, ya que un tipo de reclusión parcial en el que yo decido abandonarme, me resulta increíblemente fastidioso, por lo poco habitables de las circunstancias.
Estoy harto de problemas filosóficos, del aprendizaje de la lógica, de los acontecimientos históricos, de personas que no se ayudan a sí mismas, estoy cansado de divagaciones insustanciales, de la cobardía, del miedo latente de las personas.
He tratado de dar lo mejor de mi en mi vida diaria, he tratado de impulsar, de ayudar, de rectificar mis errores, y después de tanto esfuerzo, de tanta fatiga me encuentro con que al hombre con el que trato no se estima, no ha captado lo que debería captar, la misma gente no se ayuda.
Ante este escenario me enfrento y decido optar por vivir mi vida, haciendo lo mejor que pueda, y en la medida en que la sociedad me lo permita, en la medida que una joven embarazada me deje apoyarle; más no puedo hacer. No quiero convertirme en un espectador de realidades depresivas que termine convirtiendo su vida en un círculo vicioso de tristeza e impotencia.
Estoy próximo a cumplir los veinte años. Mi vida entera ha sido una curiosidad inmensa, encaminada siempre hacia el bienestar de los que me rodean, como todo humano he tenido caídas y defectos. Todos tenemos miedo; yo alguna vez lo tuve, pero la hazaña de un hombre consiste en tener la voluntad y el atrevimiento para surcar ese mar de inseguridades y peligros que es la vida, batirse entre las olas de sus desigualdades y de sus injusticias, saber en donde anclar cuando la corriente intempestiva de la " masa " amenaza tu navío de independencia.
Cualquiera pensaría que esta convicción es la que siguen todos, cualquier persona que tenga un mínimo de raciocinio diría que estas palabras son ociosas, que todos somos idealistas en ese plano.La diferencia estriba en que para convencerte de algo primero tienes que haber conocido las implicaciones que esa manera de pensar contrae. El conocimiento es lo único que puede salvar al hombre de los demás hombres y muy en especialmente del potencial peligro de auto destruirse ellos mismos. Yo he llegado a esa conclusión porque mientras otros pensaban solo en cumplir requisitos escolares, laborales, obligaciones de cualquier tipo, opté por zambullirme en la totalidad del mundo que me rodea, y aprendido eso, tendría más solidez en mi manera de pensar.Ahora que he emergido de las profundidades de ese remolino vertiginoso de pasiones, de emociones y de sabiduría, me veo a mí mismo como un ser que tiene una gran responsabilidad, al tener que ser consecuente con su manera de pensar y de mantener la fe en sí mismo, que eso y no otra cosa, es lo que me ha sacado adelante.
La irrestricta fe que yo me tengo es la que me proveerá de voluntad para hacer de mi entorno el lugar que yo pretendo que sea, para bienestar de los seres queridos que en el habitan, y aún cuando se me pueda ver recluido o apartado, en mi mente quedará muy claro que no opté por encerrarme en mí por miedo a lo demás, sino que mi encierro es la decisión a la que llego después de conocer el exterior, y por consiguiente, en el momento en el que yo desee por gusto o por necesidad salir a él, mi óptica será la de un humanista ante todo, conociendo la situación del individuo en sí y cooperando por una causa, individual y común.
El bien y el mal no es una simple dicotomía, no es un maniqueísmo, los valores no son universales no objetivos. Ahora que tengo sobre mi mano esa teoría, ha llegado el momento de poner en práctica lo que la disciplina más humana de todas, la filosofía, me ha mostrado.
Tal vez sea una especia de ermitaño urbano o actual; más bien ya no entraría ese concepto en lo que quiero dar a explicar; soy una persona que sabe cómo estar solo, y creo que la persona que aprende eso, tiene mas posibilidades de saber cómo estar con los demás.
Me gusta platicar con las personas, en cierta medida, me gusta regalar flores a una mujer, me gusta hacerla reír y ver la expresión en su rostro, al menos sé que le estoy poniendo algo de humor al mundo, que conozco la situación en que vivimos, y ante eso, trato de tener un humor ácido y sarcástico, pero a final de cuentas saludable.
Cuando las personas ven mi rostro, estando a solas, piensan que soy depresivo o melancólico. Ciertamente alguna vez sucumbí ante el pesimismo y la tristeza, y ahora que los superé, no soy estúpidamente feliz,; yo trato de hacer que mi realidad sea lo más agradable que se pueda.Sé que de hecho no hay muchas esperanzas, pero no me tiro ni me deprimo. Al acercarse las personas, ven en mi a alguien con un buen sentido del humor, fino, diría yo, por comentarios que se me han hecho, pero no se terminan de convencer y terminan por definir mi " rareza ".
Es el inicio de una etapa emocionante y prometedora, algo que estoy ansioso por vivir; haciendo muchas cosas que solía hacer, pero incorporando otras nuevas, sólo yo puedo comprender bien mi noción de la vida, la que yo he considerado, sin aplastar a otros, y procurando alzar a los demás.
Seré sincero conmigo. Estas líneas no pudieron expresar ni la mitad de lo que siento, no pudieron plasmar la totalidad y rigurosidad de mi pensamiento, pero al menos he calmado las ansias que tenía de desahogar mi inquietud.
Emociones
Hace días que no escribía nada para mi espacio, y ahora, el sentimiento que me mueve es particularmente negativo.Negativo en el sentido que desde hace varios días unos rostros de depresión y pesimismo envuelven el entorno en el que me aislo, de tal manera que ese apartamiento general, resulta a su vez en un tipo de reclusión mucho más opresiva, ya que un tipo de reclusión parcial en el que yo decido abandonarme, me resulta increíblemente fastidioso, por lo poco habitables de las circunstancias.
Estoy harto de problemas filosóficos, del aprendizaje de la lógica, de los acontecimientos históricos, de personas que no se ayudan a sí mismas, estoy cansado de divagaciones insustanciales, de la cobardía, del miedo latente de las personas.
He tratado de dar lo mejor de mi en mi vida diaria, he tratado de impulsar, de ayudar, de rectificar mis errores, y después de tanto esfuerzo, de tanta fatiga me encuentro con que al hombre con el que trato no se estima, no ha captado lo que debería captar, la misma gente no se ayuda.
Ante este escenario me enfrento y decido optar por vivir mi vida, haciendo lo mejor que pueda, y en la medida en que la sociedad me lo permita, en la medida que una joven embarazada me deje apoyarle; más no puedo hacer. No quiero convertirme en un espectador de realidades depresivas que termine convirtiendo su vida en un círculo vicioso de tristeza e impotencia.
Estoy próximo a cumplir los veinte años. Mi vida entera ha sido una curiosidad inmensa, encaminada siempre hacia el bienestar de los que me rodean, como todo humano he tenido caídas y defectos. Todos tenemos miedo; yo alguna vez lo tuve, pero la hazaña de un hombre consiste en tener la voluntad y el atrevimiento para surcar ese mar de inseguridades y peligros que es la vida, batirse entre las olas de sus desigualdades y de sus injusticias, saber en donde anclar cuando la corriente intempestiva de la " masa " amenaza tu navío de independencia.
Cualquiera pensaría que esta convicción es la que siguen todos, cualquier persona que tenga un mínimo de raciocinio diría que estas palabras son ociosas, que todos somos idealistas en ese plano.La diferencia estriba en que para convencerte de algo primero tienes que haber conocido las implicaciones que esa manera de pensar contrae. El conocimiento es lo único que puede salvar al hombre de los demás hombres y muy en especialmente del potencial peligro de auto destruirse ellos mismos. Yo he llegado a esa conclusión porque mientras otros pensaban solo en cumplir requisitos escolares, laborales, obligaciones de cualquier tipo, opté por zambullirme en la totalidad del mundo que me rodea, y aprendido eso, tendría más solidez en mi manera de pensar.Ahora que he emergido de las profundidades de ese remolino vertiginoso de pasiones, de emociones y de sabiduría, me veo a mí mismo como un ser que tiene una gran responsabilidad, al tener que ser consecuente con su manera de pensar y de mantener la fe en sí mismo, que eso y no otra cosa, es lo que me ha sacado adelante.
La irrestricta fe que yo me tengo es la que me proveerá de voluntad para hacer de mi entorno el lugar que yo pretendo que sea, para bienestar de los seres queridos que en el habitan, y aún cuando se me pueda ver recluido o apartado, en mi mente quedará muy claro que no opté por encerrarme en mí por miedo a lo demás, sino que mi encierro es la decisión a la que llego después de conocer el exterior, y por consiguiente, en el momento en el que yo desee por gusto o por necesidad salir a él, mi óptica será la de un humanista ante todo, conociendo la situación del individuo en sí y cooperando por una causa, individual y común.
El bien y el mal no es una simple dicotomía, no es un maniqueísmo, los valores no son universales no objetivos. Ahora que tengo sobre mi mano esa teoría, ha llegado el momento de poner en práctica lo que la disciplina más humana de todas, la filosofía, me ha mostrado.
Tal vez sea una especia de ermitaño urbano o actual; más bien ya no entraría ese concepto en lo que quiero dar a explicar; soy una persona que sabe cómo estar solo, y creo que la persona que aprende eso, tiene mas posibilidades de saber cómo estar con los demás.
Me gusta platicar con las personas, en cierta medida, me gusta regalar flores a una mujer, me gusta hacerla reír y ver la expresión en su rostro, al menos sé que le estoy poniendo algo de humor al mundo, que conozco la situación en que vivimos, y ante eso, trato de tener un humor ácido y sarcástico, pero a final de cuentas saludable.
Cuando las personas ven mi rostro, estando a solas, piensan que soy depresivo o melancólico. Ciertamente alguna vez sucumbí ante el pesimismo y la tristeza, y ahora que los superé, no soy estúpidamente feliz,; yo trato de hacer que mi realidad sea lo más agradable que se pueda.Sé que de hecho no hay muchas esperanzas, pero no me tiro ni me deprimo. Al acercarse las personas, ven en mi a alguien con un buen sentido del humor, fino, diría yo, por comentarios que se me han hecho, pero no se terminan de convencer y terminan por definir mi " rareza ".
Es el inicio de una etapa emocionante y prometedora, algo que estoy ansioso por vivir; haciendo muchas cosas que solía hacer, pero incorporando otras nuevas, sólo yo puedo comprender bien mi noción de la vida, la que yo he considerado, sin aplastar a otros, y procurando alzar a los demás.
Seré sincero conmigo. Estas líneas no pudieron expresar ni la mitad de lo que siento, no pudieron plasmar la totalidad y rigurosidad de mi pensamiento, pero al menos he calmado las ansias que tenía de desahogar mi inquietud.
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